¿Piso o residencia? Pros y contras para tu estancia Erasmus

Antes de irte a tu país de destino es importante tener reservado tu alojamiento con, al menos, 6 meses de antelación. Analizamos las ventajas y desventajas de cada opción.

Uno de los temas que más quebraderos de cabeza producen a los estudiantes Erasmus es el alojamiento. Aunque existen diversas opciones, las más demandadas son las residencias de estudiantes o el alquiler de pisos compartidos. Debes estudiar cuáles son tus prioridades y cómo quieres vivir durante esos meses. Porque existen diferencias entre una u otra opción.

Residencias de estudiantes, la opción más “cómoda”

Donde haya una universidad habrá también residencias de estudiantes. Si quieres despreocuparte de cocinar, limpiar o lavar las sábanas, esta es tu mejor opción.

La mayoría de las residencias universitarias incluyen en sus tarifas diferentes regímenes de alojamiento. Normalmente, puedes escoger entre media pensión (desayuno y comida o cena) y pensión completa (todas las comidas incluidas).

Además, debes pensar si lo que quieres es compartir habitación con otro residente o tener la tuya propia. Si compartes habitación, te saldrá más barato.

Las residencias universitarias son la mejor opción si lo que quieres es socializar rápidamente. Así que no dudes en participar de las actividades que organizan. De lo mejor que te llevarás de tu experiencia Erasmus es la gente a la que conozcas.

Compartirás espacios comunes con muchas personas, por lo que el silencio no es perfecto. Así que las residencias disponen de salas de estudio, donde puedes trabajar tranquilamente sin que te molesten.

Un dato importante que debes tener en cuenta a la hora de decantarte por una residencia es que es un lugar, principalmente, de estudio y descanso. Por lo que todas cuentan con empleados de seguridad que velarán por ello. Además, muchas tienen toque de queda, por lo que, si buscas libertad de movimiento a cualquier hora, no en todas es posible.

Por último, no te olvides de leer bien el contrato y comprobar que el precio que te vayan a cobrar se ajuste a los servicios que te ofrecen.

Compartir piso, la opción más económica

La opción más demandada por los estudiantes Erasmus es el piso compartido. Normalmente, es la opción más económica, así que, si tu prioridad es gastar lo menos posible, lo mejor es que busques compartir piso.

Lo primero que debes hacer antes de decidirte por compartir piso es ponerte en contacto con amigos o conocidos que hayan vivido esta experiencia en la misma ciudad de destino que tú. Ellos podrán darte consejos sobre las zonas para vivir o incluso puede que conozcan a alguien que busque compañero.

También debes informarte en la oficina de Relaciones Internacionales de tu universidad sobre las ayudas económicas que ofrecen para pagar parte de la estancia Erasmus.

No nos engañemos. Compartir piso puede salir bien o puede salir mal. Los compañeros con los que vayas a compartir piso pueden ser personas agradables y sociables, pero también pueden ser insoportables. Es cosa del azar.

Y, si no quieres arriesgarte a que el azar te juegue una mala pasada, sé ambicioso y encuentra tú el piso ideal y luego encárgate de buscar al resto de compañeros que lo completen.

También debes tener en cuenta que los vecinos pueden ser familias con niños o personas mayores, a diferencia de la residencia que más o menos son gente joven y con más “resistencia” al ruido. Respetar y ser respetado, ley al compartir piso.

Algunos pisos no suelen alquilarse para estancias cortas, aunque muchos de los caseros son comprensivos, así que no dudes en consultarles de la posibilidad de hacer un contrato de menos meses. Ya han visto casos como el tuyo, seguro. Y si no es posible, intenta buscar a compañeros de piso que sí deseen quedarse más tiempo que tú.

¿Qué opción es la mejor?

Ninguna opción es mejor que otra. Debes hacer una lista mental de prioridades, y qué tipo de experiencia Erasmus quieres vivir. Si lo que buscas es libertad y el menor gasto, tu mejor opción es compartir piso. En cambio, si buscas comodidad y socializar, lo tuyo es la residencia universitaria.

No te preocupes. Si pruebas con una opción y no te convence, siempre puedes recurrir a la otra.

Pero lo más importante es que dediques tiempo a analizar todas las opciones, que busques con antelación, te informes y que no lo dejes para el último día. Puede que lo que más se ajuste a ti en ambos casos ya esté ocupado. ¡No pierdas el tiempo!